miércoles, 18 de agosto de 2010

El arte de eternizar el momento

Sinopsis

“Descorazonamos al tiempo para que éste no termine por deshojarnos”. Ésta es una de las frases que Ellen Blazer no puede quitarse de la cabeza. El transcurso de los segundos se comienza a convertir para ella en una verdadera obsesión que, tras abandonar Earlswood, se verá acentuada con creces. Al mismo tiempo, entabla una extraña relación con Evan, un solitario joven con el que tiene muchas cosas en común. Ambos, desde una perspectiva distinta aunque a la vez cercana, rozan casi con la yema de los dedos el rastro perturbador de la muerte, la fugacidad de la vida y los sueños prematuros en los que se apoyarán para continuar.


Un pequeño fragmento de la novela:

Apoyé mi cabeza sobre su hombro, para beber más de aquel contacto que iba a hacer que la cabeza me estallara en mil pedazos. Me sentía como una estúpida marioneta de pantomima absurda, con las falanges ridículas que intentaban a duras penas aferrarse a un bote salvavidas. Cerré los ojos para concentrarme en el roce con su piel. Era aterciopelada, por lo que la yema de mis dedos no podían dejar de trazar figuras indefinidas en las llanuras de su espalda.

Abrí los ojos. Miré hacia el horizonte, donde estaba mi antigua casa. El paisaje estaba comenzando a teñirse de un tono rojizo debido a que el sol comenzaba a ocultarse. Los cerezos empezaban a desprender el halo incendiario de antaño, aquél que tantas tardes había presenciado cuando las cosas iban bien.

Fue, quizás, como un salto en el tiempo. Un restablecer de aquel estado de ataraxia que me otorgaba contemplar el incendio del follaje. Con la apenas imperceptible diferencia de que me encontraba en el lago, empapada hasta los huesos y abrazando a un casi desconocido del que me era imposible separarme.

-Haz que no termine –le susurré al oído-. Daría lo que fuera para retener este preciso instante del día, cuando el sol comienza a ocultarse en el horizonte y todo parece cobrar vida.

-No querría hacerlo ni aunque pudiera. Si retuviera para siempre este preciso momento, perdería toda la magia recluida en la misma brevedad. Es como la propia vida, ¿acaso te gustaría ser inmortal? No te empeñes en abarcar términos sempiternos, porque acabarás dándote cuenta de que no merecen la pena –me respondió él sin dejar de abrazarme-. Escucha el latido de tu corazón, atiende al ritmo de tu respirar. No sabes con certeza cuándo será la última vez. Por lo que más quieras, Ellen, respira hasta que se te astillen las costillas, abrázame hasta que te quedes sin fuerzas, porque será entonces cuando realmente te inundarán las ganas de seguir viviendo para presenciar otro momento más como éste. Como una estrella fugaz, que a pesar de no mantenerse siempre oscilando en el firmamento, a pesar de no ser más que un efímero rastro de luz, tiene mejor fama que cualquiera de sus compañeras estáticas.



El título no es definitivo ni mucho menos, ni siquiera la sinopsis, pero me pareció buena la idea de colgar un poco aquí para ver qué os parecía. He cogido un fragmento al azar porque no me decantaba por ninguno.

La estancia en Inglaterra ha sido inolvidable. Todavía echo de menos el frío en los labios y las largas conversaciones por la noche, pero la verdad es que también tenía muchas ganas de volver al blog :)